Uno de los peloteros estelares de las primeras décadas del siglo pasado fue Leonardo Najo Alanís, notable jardinero central que viera la primera luz el 17 de febrero de 1889, en La Lajilla, municipio de Doctor Coss, en el Estado de Nuevo León.
El sobresaliente jugador es parte de la primera camada de inmortales que ingresaron al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano en 1939, junto a otros cuatro grandes de la pelota.
Najo se convirtió en inmortal al lado de Lucas Juárez, Antonio Delfín Lañiza, Julio Molina y Fernando Barradas, al acumular la mayoría de votos de un concurso aparecido en el diario La Afición, gracias a la genial idea de Alejandro Reyes Aguilar, Fray Nano quien decidiera fundar un Salón de la Fama al igual que en Estados Unidos.
Fue uno de los mejores peloteros de la Liga de Texas y de la Liga del Oeste en un lapso comprendido entre 1924 y 1932.
Ídolo de los aficionados de San Antonio por su juego agresivo, de gran calidad. En 1928 estableció un récord al consumar 12 outs en un juego, patrullando el jardín central en un circuito texano.
El neolonés obtuvo el título de jonrones (34) de la Liga del Oeste en 1925, con Okmulgee; bateó .356 y anotó 95 carreras (récord).
En 1932 conectó un triple para que Tulsa ganara el campeonato. Antes, en 1926, fue comprado por los Medias Blancas de Chicago, pero su mala suerte le impidió ir a las Ligas Mayores: en un juego del San Antonio, al fildear un elevado, chocó con el jardinero derecho Pig Bodie y se fracturó una pierna.
Najo fue parte del equipo Cuauhtémoc de Monterrey, debutando en la Ciudad de México en 1922. Un jonrón suyo sirvió para vencer 1-0 al Sonora de Homobono Márquez, para quien jugó, muchos años después, en el Aztecas.
En la Liga Mexicana de Beisbol fue manager-jugador de los Alijadores de Tampico en 1939, y en 1941 estuvo brevemente con los Diablos Rojos del México.
En Mission, Texas, donde radicó, fue objeto de merecidos homenajes. El 12 de octubre de 1971 le pusieron su nombre a la calle donde vivió y al campo de beisbol de la escuela superior de la población.
Leonardo Najo Alanís falleció el 25 de abril de 1978 en Mission, Texas y hoy se le sigue recordando como un grande de la pelota.
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