Por Horacio Ibarra A. |
El próximo sábado 17 de agosto se estará cumpliendo el 50 aniversario del campeonato obtenido por los Broncos de Reynosa en la lejana temporada de 1969.
Para ello, en la fronteriza entidad se encuentran organizando un evento relacionado con el memorable gallardete conseguido por la desaparecida franquicia.
Un poco de historia
Después del campeonato obtenido en la campaña de 1962, los Sultanes de Monterrey tuvieron problemas y no volvieron a adjudicarse otro banderín durante la década de los años sesenta.
Los regios obtuvieron las mejores cifras en la campaña de 1966 con 79 triunfos y 61 derrotas, pero al dividir la temporada en dos mitades provocó que ellos quedaran fuera de la contienda, con los Diablos Rojos del México y Tigres capitalinos ganando sus respectivas vueltas, enfrentándose al final por el título absoluto de la Liga Mexicana.
Monterrey tuvo otra aproximación en 1969, pero fue superado en los juegos claves por los Broncos de Reynosa que terminaron llevándose el cetro.
Los Sultanes consiguieron su total más alto de victorias en una temporada al concluir con 88 triunfos y 66 derrotas, pero quedaron rezagados a tres juegos de los Broncos al concluir el calendario.
Los regios tuvieron cuatro managers en la campaña, iniciando con Jaime Corella, quien tuvo la oportunidad de abrir la temporada luego de finalizar al frente del club en la campaña anterior. Corella había sustituido al cubano Willy Miranda. Sin embargo, en 1969 no fue muy lejos y tuvo que renunciar al presentar cifras negativas (15-21), dejando su lugar a Rodolfo Mulo Alvarado, quien dirigió al club en 11 encuentros, finalizando con siete triunfos y cuatro derrotas. Siguió Arturo Pájaro Narváez. Este dirigió ocho juegos al Monterrey (4-4), dejando su lugar al siempre respetable y experimentado Manuel Magallón, el sinaloense que había ganado tres títulos en la liga de la costa.
El mazatleco demostró que la directiva no se había equivocado al cederle el timón, registrando números excelentes con 62 ganados y 37 perdidos, logrando una de las mejores actuaciones para un manager sultán en la historia de la novena.
La magnitud de su trabajo fue solamente inferior al conseguido por Lázaro Salazar en 1949 (56-33), en lo que se constituyó como el tercer gallardete consecutivo para el equipo regiomontano.
Los Sultanes contaron con una excelente plantilla de peloteros, destacando el formidable Héctor Espino con el madero, mientras que el norteamericano James Horsford se lucía desde la lomita.
Espino finalizó como líder de jonrones con 37 y Horsford fue líder ponchador con 199 abanicados, imponiendo, además, la formidable marca de 30 juegos completos.
Monterrey contó con cuatro integrantes sobre los .300 de porcentaje. Slidell Harvey lideró al club con .325, 8 jonrones y 52 carreras impulsadas. Rigoberto Mena bateó .316 con 4 jonrones y 72 producidas. Elpidio Osuna tuvo una gran temporada al concluir con .315 de porcentaje, 18 jonrones y 67 carreras impulsadas y Espino concluyó con .304, 37 palos de vuelta entera, 97 impulsadas, 22 dobles y 125 bases por bolas recibidas, estableciendo un récord al respecto.
Otros jugadores de los Sultanes fueron; Ramón Mendoza, Andrés Rivera, Juan de Dios Villarreal, Guillermo Murillo, José Manuel Ortiz, Lorenzo López, Ramiro Esquivel, Antonio Argumedo y Guadalupe Chávez.
Brilla el pitcheo
La temporada fue memorable por la labor de sus serpentineros. James Horsford tuvo una estupenda temporada, consagrándose como uno de los mejores lanzadores del circuito al concluir con 20-13 en ganados y perdidos, seis blanqueadas, 199 ponches para encabezar la liga y 2.12 en carreras limpias admitidas. Sin embargo, lo más impactante de la campaña fueron sus 30 partidos completos, estableciendo una marca que se antoja incomparable a 50 años de distancia.
Monterrey complementó un gran staff con los brazos del venezolano Luis Peñalver, el mexicano Carlos Sánchez y el cubano José Ramón López, integrando una formidable cuarteta de lanzadores, con el puertorriqueño Horsford.
Peñalver concluyó con 17-11 en ganados y perdidos con una excelente efectividad de 2.89. Además, mostró un enorme control y una excelente velocidad al abanicar a 157 enemigos y regalar sólo 44 bases por bolas, además lanzó cuatro blanqueadas y 17 juegos completos.
Carlos Sánchez lanzó un juego sin hit ni carrera en labor de relevo frente a los Charros de Jalisco, concluyendo con 17-10 en ganados y perdidos y una envidiable efectividad de 3.04, con 94 bases por bolas y 144 ponches, además lanzó tres blanqueadas y 17 juegos completos.
José Ramón López fue el cuarto abridor, aunque concluyó con récord negativo (11-14), lanzó tres blanqueadas, 16 juegos completos y 143 ponches en 189 entradas de trabajo.
Otros lanzadores menos importantes fueron; Alfonso Cisneros, Ray Loya, Sergio Murillo, Rubén Cortés, Gerardo Manrique (4-0), Larry Mason y Rodolfo “Mulo” Alvarado.
Final candente
El final de esa temporada ha sido una de los más emocionantes en la historia de la Liga Mexicana.
Faltando solo una semana para concluir el torneo, Reynosa estaba tres juegos arriba de los Sultanes con ocho juegos por celebrar entre ambas novenas.
Los primeros cuatro partidos se escenificaron en el desaparecido parque Cuauhtémoc de la Calzada Victoria, y los cuatro restantes en el parque Adolfo López Mateos, de la ciudad de Reynosa.
El primer juego en Monterrey se desarrolló ante un lleno impresionante, con José Peña lanzando por Reynosa y Luis Peñalver subiendo al cerrito por los locales.
Los fronterizos se fueron arriba en la segunda entrada con cañonazo de cuatro esquinas del puertorriqueño Oscar Rodríguez, llevándose por delante al yucateco William Berzunza.
Espino acercó a los regios con un estacazo del mismo calibre. Una línea silbante sobre la barda del prado izquierdo en el cierre del mismo episodio.
El duelo entre ambos lanzadores tuvo un tinte dramático cuando ambos equipos se fueron sin anotación, hasta que Andrés Avestruz Rivera, patrullero central de los Sultanes, disparó un batazo de jonrón por el lado izquierdo con Slidell Harvey en los senderos. El marcador se ponía 3-2 en favor de los Sultanes y en la octava tanda el consistente Elpidio Osuna impulsaba la cuarta carrera con sencillo al izquierdo.
Monterrey ganaba el partido 4-2, acercándose a dos juegos de sus rivales en un final candente de temporada. El triunfo fue para Luis Peñalver y la derrota fue a la cuenta de José Peluche Peña.
El segundo encuentro
José Ramón López enfrentó a Israel Buentello en el segundo partido de la contienda.
Los Sultanes se fueron arriba rápidamente con jonrón del norteamericano Slidell Harvey por el jardín derecho.
Los locales incrementaron su ventaja con un par de anotaciones en el cuarto episodio. Ya con dos outs, José Ramón López quedó quieto en primera por error del parador en corto, Jorge Fitch. Buentello se metió en problemas al tolerar sencillo de Goyito Ortiz y dar pasaporte a Elpidio Osuna para llenar las bases. Rigoberto Mena sacó imparable entre las piernas de Fitch, poniendo arriba al Monterrey: 3-0.
Angel Macías impulsó la primera carrera de los Broncos en el sexto episodio, pero los Sultanes anotaron otra en el cierre de la misma entrada, quedando el marcador cuatro carreras a una. La pizarra final fue 4-2, en favor del Monterrey, con Reynosa anotando otra carrera en el séptimo inning, impulsada por Fitch.
Los Sultanes sacaban el segundo triunfo de la serie y las cosas se ponían muy, pero muy interesantes.
José Ramón López fue el pitcher triunfador, lanzando las nueve entradas y la derrota fue a la cuenta de Buentello.
El tercer partido
El tercer juego fue un formidable duelo de lanzadores entre James Horsford, el hombre de los récords, enfrentando al zurdo Salvador Sánchez.
Monterrey comenzó agresivo. Goyito Ortiz abrió con hit, pasó a segunda en wild pitch, llegó a tercera en robo de base y anotó en fly de sacrificio de Elpidio Osuna.
Los Broncos no serían presa fácil, por algo iban a ganar el campeonato de la temporada. Los visitantes igualaron el marcador en la apertura de la tercera entrada. La carrera entró de caballito. Gonzalo Villalobos recibió base por bolas teniendo la casa llena.
El gusto le duró muy poco a los fronterizos. Osuna impulsó la segunda carrera de su equipo, conectando doblete. El sinaloense anotó la tercera carrera con sencillo de Rigoberto Mena. Los Sultanes estaban arriba por tres carreras a una.
Un imparable dentro del cuadro del infielder Guillermo Murillo en el cuarto episodio provocó la cuarta anotación, poniendo el marcador 4-1, finalizando el partido de esa manera.
Los Sultanes ganaban el juego y el norteamericano James Horsford llegaba a 20 triunfos en la temporada. Por cierto, este era también el tercer juego completo de los lanzadores Sultanes, que se habían distinguido precisamente por ese aspecto.
Salvador Sánchez cargó con la derrota, abandonando el juego en la cuarta entrada. El zurdo fue relevado por Norbert Rodgers y posteriormente por David López.
Tres juegos y tres victorias. Monterrey igualaba sensacionalmente con Reynosa en la cumbre del standing. Faltaban cinco encuentros para bajar el telón de la temporada, uno en casa y los cuatro restantes en la ciudad de Reynosa. La aduana iba a ser difícil para el equipo regiomontano.
El cuarto desafío
El último partido de la candente confrontación en Monterrey se escenificó el 14 de agosto.
Monterrey doblegó a los Broncos por pizarra de 9-4, poniéndose un juego arriba de sus rivales.
Elpidio Osuna y Andrés Rivera conectaron los batazos claves del partido. Osuna la sacó del parque con uno en base y Rivera impulsó otro par de carreras con sencillo y triple.
Los Sultanes ocupaban ahora el liderato de la Liga Mexicana de Beisbol con un juego de ventaja, pero con cuatro encuentros por disputar en la fronteriza Reynosa.
Las cosas estaban al rojo vivo y no se podía dar a un favorito hasta ese momento. Por un lado, Monterrey había mostrado un claro dominio en sus confrontaciones ante Reynosa al finalizar con marca de 14-4, pero los Broncos serían apoyados por su afición de ahí en adelante, y ese factor iba a ser muy importante en el desarrollo de la contienda.
Abren en Reynosa
Para el quinto partido volvieron a enfrentarse Luis Peñalver contra Pepe Peña.
Reynosa se fue arriba en el cierre de la segunda entrada gracias a un texas leaguer de Jorge Fitch por el bosque derecho.
Los Sultanes iban a vender cara la derrota. En la apertura del tercer rollo empataron con un batazo a las paradas cortas que Fitch no pudo controlar, entrando Mena con la carrera del empate.
Los Broncos se sublevaron anotando otra carrera en el cierre de la entrada. Daniel Morejón cruzó el pentágono con triple de Alonso García por el jardín derecho. Reynosa ganaba ahora por dos carreras a una, pizarra que permaneció por el resto del encuentro.
Broncos arriba
Con tres partidos por jugar, el standing mostraba ahora un empate entre los dos equipos norteños. Monterrey y Reynosa estaban enfrascados en una tremenda lucha por el título de la liga.
Los regios se fueron adelante en la segunda confrontación en el parque López Mateos. Rigoberto Mena conectó cuadrangular abriendo la quinta entrada. Los Broncos reaccionaron inmediatamente empatando en la siguiente entrada. Daniel Morejón se embasó en hit de fuerza por las paradas cortas y anotó en doblete productor de Angel Macías. Este ancló en tercera base en error del intermediarista sultán, anotando con fly de sacrificio de Oscar Rodríguez.
Un jonrón de Rudy Sandoval en la parte final del juego sirvió para remachar el triunfo de los Broncos por tres carreras a una.
Reynosa se ponía arriba en la serie 2-0 y los Sultanes estaban obligados a ganar los dos partidos restantes, tratando de forzar un empate en el standing y posteriormente decidir en un juego extra.
En contraparte, los Broncos necesitaban sólo una victoria para convertirse en monarcas absolutos de la Liga Mexicana.
Reynosa Campeón
El 17 de agosto de 1969 se recuerda como una fecha histórica, al enfrentarse los Sultanes de Monterrey contra los Broncos de Reynosa en un doble partido de aquel domingo inolvidable.
El parquecito de los Broncos resultó insuficiente para la afición tamaulipeca que anhelaba ser parte de la historia.
La pasión fue desbordante, los ánimos se exaltaron y se hizo famoso aquel incidente donde el manager Manuel Magallón abandonó al equipo argumentando haber sido amenazado de muerte.
A la distancia se cuentan dos versiones diferentes sobre la retirada del manager sinaloense.
En la primera de ellas se dice que un directivo regiomontano le hizo un fuerte reclamo delante de sus peloteros por no haber realizado un toque de bola en el partido de la noche anterior, cosa que no fue del agrado del mentor, optando por retirarse.
La otra versión indica que el manager sultán recibió amenazas de muerte en el hotel donde se hospedaba el club, poniendo pies en polvorosa.
El conjunto quedó en manos de Arturo Pájaro Narváez con dos partidos por jugar, siendo estos los más importantes de la campaña.
Era el penúltimo juego de la campaña ambos equipos enviaron a sus estrellas más cotizadas al cerrito de lanzadores. Monterrey dispuso de James Horsford y Sotelo encomendó la labor a José Peluche Peña.
El primer juego de la jornada dio inicio a las cinco de la tarde, con una hora y una temperatura ideal para jugar al Rey de los Deportes.
En aquella histórica jornada hasta los ampayers eran de primera clase. Juan Lima estaba atrás de home, con Ismael Ruiz y Víctor Sáiz auxiliándolo en las bases.
La voz de ataque
Monterrey se fue arriba en la segunda entrada. Imparable de Juan de Dios Villarreal hizo que anotara Andrés Avestruz Rivera.
Las acciones se calentaron en el cierre del cuarto episodio. Angel Macías abrió con doblete por el izquierdo y avanzó en rola de Oscar Rodríguez al antesalista.
Con William Berzunza frente a la caja de bateo, el partido fue suspendido cuando comenzaron a lanzar diversos objetos sobre los jardineros del equipo regiomontano, especialmente sobre la humanidad de Elpidio Osuna que patrullaba el jardín derecho.
La oportuna intervención de Miguel Sotelo y Marte de Alejandro, manager y coach de los Broncos de Reynosa calmaron los ánimos exaltados y el encuentro siguió su marcha.
La detención de las acciones pesó en el ánimo del pitcher abridor y Horsford acabó pasando gratuitamente a la inicial al yucateco Berzunza.
El turno fue para el catcher Rudy Sandoval. Para él era un momento importante, enfrentándose nada menos que al mejor pitcher de la Liga Mexicana de Beisbol.
La adrenalina hizo presa de todos los asistentes. El bat de Rudy hizo contacto con la pelota, el estallido se escuchó bastante fuerte y la esférica salió disparada a lo más profundo del jardín izquierdo, desapareciendo de la vista de los presentes. Reynosa se ponía arriba por tres carreras a una. Los Broncos se ponían más cerca del gallardete y Monterrey veía alejarse la posibilidad de conquistar el sexto título de su historia.
Los Sultanes se acercaron en la sexta anotando otra carrera, haciendo explotar a Peña.
La pizarra estaba 3-2 cuando el norteamericano Norberto Rodgers subió al montículo tratando de contener la artillería sultán, maniatando completamente a los regios al sacar los cuatro outs restantes del desafío.
Terminaban las aspiraciones del equipo regiomontano-. Este cayó con el mejor pitcher de la temporada. Su mejor carta no pudo detener el embate de los Broncos, quienes demostraron superioridad en el campo de juego.
Reynosa se coronó al lograr esa victoria y todavía se dio el lujo de ganar el segundo partido de la doble jornada y último del calendario.
Peña fue el ganador del primer encuentro en cinco innings con dos tercios. Admitió un par de carreras con 10 imparables, una base y seis chocolates. Horsford cargó con el descalabro lanzando todo el encuentro.
El segundo partido también fue ganado por los Broncos 5-2 en plena celebración. Rodolfo Rivera fue el ganador y Carlos Sánchez el derrotado.
En un partido de trámite Horsford cubrió la inicial en lugar de Espino, disparando cuadrangular en una causa perdida.
Terminaba una trepidante serie cargada de emociones, de gran rivalidad y mucho sensacionalismo.
Los regios estuvieron muy cerca del gallardete después de siete años de su última conquista. Esa fue una de las derrotas más descorazonadas en la historia de los Sultanes de Monterrey, en un final de temporada que tuvo infinidad de emociones.
En ese tiempo no se celebraban los play offs ni las series finales, pero este fue un excelente preámbulo de las emocionantes y trepidantes batallas que iban a escenificarse en el terreno de juego en los años siguientes.
A la distancia, seguimos recordando a los Broncos de Reynosa y su formidable camada de peloteros que ayudaron en la conquista del cetro.
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