da un mensaje de bienvenida a los aficionados amantes del Rey de los Deportes.
LOS INMORTALES
LOS INMORTALES
LOS INMORTALES
Conoce a los 200 personajes (jugadores, managers, ampayers, directivos y cronistas) que han sido entronizados al Recinto de la Fama del Beisbol Mexicano desde 1939, año en que se llevó a cabo la primera elección.
El Recinto de los Inmortales del Beisbol Mexicano es un acierto para México. Es un lugar que reconoce a los talentos del Rey
de los Deportes en nuestro país".
Alfredo Harp Helú,
impulsor y patrocinador del Recinto de la Fama del Beisbol Mexicano
Chalecos utilizados por Anuar Canavati, propietario y presidente de los Sultanes de Monterrey en los años 50.
Nativo de Parral, Chihuahua, Canavati hizo historia en el beisbol mexicano como parte de la directiva de los tricampeones Sultanes de Monterrey, de quienes fue presidente a partir de 1948.
Después de retirarse Jorge Pasquel, Canavati era el directivo más experimentado en la Liga Mexicana de Beisbol, de la cual fungió como vicepresidente durante muchos años. Nadie era tan sagaz y tan conocedor como Anuar Canavati en el circuito veraniego, de quien se dice que jamás tuvo problemas económicos como directivo de los regios.
Estuvo 17 años al frente de los Sultanes, pero el chihuahuense fue parte del equipo regiomontano desde muchos años antes como asesor de los directivos de la novena de mayor tradición en el beisbol mexicano.
Durante todo ese tiempo se caracterizó por ser un directivo realista. El sostenía de una manera bastante clara, poniendo en práctica la tesis de que el beisbol debía incluirse en el renglón de los negocios y, por lo tanto, que era esencial hacer grandes erogaciones económicas a fin de ofrecer un buen espectáculo en beneficio de los aficionados que asistían a los parques de pelota en suelo mexicano. Canavati marcó la pauta en ese aspecto tan importante.
Sus actividades no se circunscribieron a desempeñar la presidencia del equipo Monterrey de 1949 a mayo de 1965, sino que batalló arduamente buscando nuevos horizontes para la Liga Mexicana.
Así fue como, sorteando innumerables obstáculos, consiguió que el circuito ingresara al Beisbol Organizado Profesional de Estados Unidos en 1955, quedando abierta la puerta para que los peloteros nacionales, sin cortapisa alguna, pudieran actuar en las mejores ligas del vecino país. Este movimiento resultó provechoso para jugadores y equipos.
Consciente de que para un efectivo desarrollo del pelotero mexicano era indispensable la creación de circuitos de menor categoría, en 1960 reorganizó la Liga Central que había desaparecido dos años antes. Al repartirse los equipos del circuito minoritario entre los clubes de la Liga Mexicana de Beisbol, Canavati y los Sultanes tuvieron la suerte de que les tocaran los Tuneros de San Luis Potosí, equipo donde ya brillaba el singular Héctor Espino desde la campaña de 1960.
Como presidente de los Sultanes tuvo la fortuna de comandar a la novena regiomontana a la conquista del campeonato en 1948 y el tricampeonato en 1949. En 1962 consiguió su tercero banderín con el representativo de la Sultana del Norte.
Canavati falleció el 11 de mayo de 1965 al caerse de un caballo jugando polo (su deporte favorito después del beisbol) en King Ranch, Texas, accidente que poco más tarde le causó la muerte.
Como reconocimiento a su gran dedicación y su compromiso con el beisbol mexicano, Anuar Canavati ingresó al Salón de la Fama en 1973.
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