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JULIO MOLINA LE APODABAN “EL DIAMANTE BLANCO”


Julio Molina nació el 3 de enero de 1892, en Mérida, Yucatán y falleció el 27 de febrero de 1952, en Las Chapas, Tizimín, municipio del mismo estado.


Molina, a quien apodaban “El Diamante Blanco” fue una de las primeras glorias beisboleras del siglo pasado.


En 1910, siendo un joven de 18 años que regresaba a Mérida después de haber estudiado en Estados Unidos, en el St. Mary College de Maryland, fue contratado por Alfonso (Catalán) Saldívar, para lanzar con el club Gigantes.


Debutó en el "Athlétic Field" de la capital yucateca, el 16 de septiembre de ese año, y derrotó a las Águilas de Progreso por 8-3. Nueve días más tarde, Molina, y el cubano Camilo Pujadas, del Tigres, protagonizaron un inolvidable duelo de pitcheo, que finalizó 0-0 en 16 trepidantes innings. Molina recibió sólo dos imparables con 11 ponches.


El formidable “Diamante Blanco” poseía una técnica muy depurada, aprendida en Estados Unidos, formidable control, magnífica curva, buena velocidad y, sobre todo, era muy sereno para lanzar.


La mejor época de su luminosa carrera se desarrolló en Mérida, de 1910 a 1919. Venció a poderosos equipos cubanos, como el Piratas de Joaquín Herrero, que actuaron primero en Mérida, antes de jugar en Veracruz y en la capital, ciudades en las que Molina también mostró su clase.


Se asegura que se retiró del beisbol en 1926. En una ocasión, llegó a Mérida un pitcher negro, muy bueno, al que apodaban "Diamante Negro". Entonces, Juan Usó "El Chivo de Halachó", le puso de sobrenombre a Molina "El Diamante Blanco", porque también era un gran serpentinero.


Julio Molina fue electo al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano en 1939 junto a otros grandes de la pelota.

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