Pelota firmada por Enrique Castillo, mientras se desempeñaba como instructor de pitcheo del beisbol infantil en Chapalita, Jalisco, en el año 2008.
Enrique fue un excelente serpentinero. Uno de los pocos lanzadores que han hecho una magnífica labor tanto de abridor como de relevista.
Castillo, a quien apodaban el Bombero en la Liga Mexicana de Beisbol como rescatista principal de los Tigres capitalinos en los años sesenta, nació el 2 de julio de 1938, en La Barca, Jalisco y falleció el 7 de agosto del 2018, a los 80 años de edad.
El jalisciense tuvo una participación de 17 temporadas en la liga de verano, nueve de ellas con los felinos, ayudando a estos en la conquista del bicampeonato conseguido en 1965-66, destacando en su labor como rescatista.
Posteriormente fue un magnífico abridor, cosechando lauros importantes en su carrera, principalmente con los Saraperos de Saltillo en los primeros años de los setenta.
Con ellos estuvo de 1970 al 72, cosechando cifras excelentes. En 1970 concluyó con 14-4, un año más tarde finalizó con 15-6 y en el tercero de ellos terminó con 13-7. Como podemos observar, fueron 42 triunfos a cambio de solamente 17 derrotas, a un promedio de .712 milésimas, simplemente, una cifra magistral para el gran pitcher derecho. Logró un saldo favorable al final de su carrera, retirándose con 131 victorias y 94 derrotas, para un aceptable promedio de .582 milésimas, con 3.37 de efectividad y 1,162 bateadores abanicados. Tuvo una participación de siete temporadas en la Liga Mexicana del Pacífico, estableciendo el récord, aún vigente, de más juegos relevados en un año, con 45, hazaña conseguida en la campaña concerniente a 1967, compartiendo la campaña con los Yaquis de Cd. Obregón y Tomateros de Culiacán. . Debido a su memorable actuación sobre el terreno de juego, Enrique fue electo al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano en el 2008.
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