Uniforme utilizado por Melo Almada con los Medias Rojas de Boston.
El nativo de Huatabampo, Sonora hizo historia al convertirse en el primer jugador mexicano en Grandes Ligas.
Eso aconteció en la campaña de 1933. Después de una brillante trayectoria en la pelota profesional de Los Ángeles, California, en donde estudió y se hizo jugador, su extraordinaria habilidad para fildear en las praderas y su poderoso brazo lo llevaron a debutar con los Medias Rojas de Boston, bateando .341 en 14 encuentros.
Dos años más tarde, en 1935, se estableció como jugador de planta en el equipo: participó en 151 encuentros y su promedio a la ofensiva fue de .290; corredor bastante rápido, se robó 20 bases. En 1937, fue vendido a los Senadores de Washington, y después jugó con los Cafés de San Luis y con los Dodgers de Brooklyn.
En las siete temporadas que actuó en las Ligas Mayores, de 1933 a 1939, tuvo porcentaje global de bateo de .284, con 706 hits en 2,483 veces al bate. Como emergente conectó ocho hits en 23 oportunidades, promediando .348.
En 1941 fue manager en la Liga Mexicana de Beisbol con Unión Laguna de Torreón. Con los laguneros bateó .343, en 26 juegos. En los primeros años de la década de los 50, fue piloto en la Liga Mexicana de la Costa del Pacífico.
Melo Almada falleció el 13 de agosto de 1988 en Navojoa, Sonora y fue electo al Salón de la Fama en 1971.
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